El
cuadragésimo quinto presidente de los Estados Unidos no ha dejado de levantar
polémica desde que proclamo sus intenciones de llegar a la casa blanca. Usando
Twitter como escudo, el personal (@realDonaldTrump) ignorando el creado
especialmente para el cargo de presidente (@POTUS), el nuevo presidente critica
a personas, medios de comunicación o países que están en contra suya y de su
gobierno. A pesar de haber ganando las elecciones con un 51%, perdió el voto
popular contra Hillary Clinton por más de tres millones de votos. Esta
injusticia del modelo electoral, que también incluye una ambigua norma con
respecto al día de la votación y un sistema deficitario del Colegio Electoral,
hizo posible que el 21 de Enero, un día después de la toma de posesión, se
hicieran una de las marchas más multitudinarias del último milenio, la “Woman’s
March” en Washington. Con 616 manifestaciones confirmadas convocadas
mundialmente, incluyendo ciudades españolas como Barcelona, Granada o Madrid,
se estimaron que 500.000 personas se acercaron a las puertas del capitolio y
cinco millones de personas alrededor del mundo creyeron conveniente unirse a
esta marcha en contra de la política segregacionista, homófona y xenófoba del
republicano Donald Trump.
Pero
estas marchas no hicieron mella en la administración Trump y solo 6 días más
tarde, se dio la orden ejecutiva que veta la entrada al país de inmigrantes de
siete países de mayoría musulmana (Irán, Irak, Siria, Libia, Yemen, Somalia y
Sudán) restringiéndole la entrada por 90 días y a los refugiados sirios
indefinidamente. Este veto, prometido por Trump durante su campaña, es levantado
por el miedo a un futuro ataque terrorista aunque de forma irónica, los países
de nacimiento o de origen de los autores de los últimos ataques terroristas en
USA no procedían del los países ahora vetados. La mayoría de ellos, como el
autor de la matanza de Orlando o de la masacre de San Bernardino eran
originarios de Pakistán y los terroristas del 11-S procedían de Arabia Saudí.
Aunque Trump defiende que “no es un veto a los musulmanes”, permitirá, una vez
levantado el veto, que la minoría cristiana que reside en estos países tenga
preferencia a la hora de conseguir un visado antes que la inmensa mayoría musulmana
porque según alega él, “han sufrido mucho”.